Johann Jackob Buttikofer es la cara más visible de la familia gestora del yacimiento de la naveta des Tudons, propiedad de su familia materna desde hace tres generaciones. Gemólogo de formación, ha tocado "todas las teclas" en el mundo profesional. Actualmente, gestiona las fincas des Tudons y Torre Solí Vell junto a sus hermanos.
¿Cuál es la relación de su familia con la naveta des Tudons?
Aquí tenemos un sistema matriarcal: mi madre, Elisa de Olives, es la propietaria de la finca des Tudons, donde está la naveta, y de la finca de Torre Solí Vell, donde tenemos una explotación de agricultura ecológica. Entre todos los hermanos lo gestionamos, y esto incluye este yacimiento tan famoso y espectacular.
¿Y desde cuándo la naveta está ligada a la historia de su familia?
La finca de Es Tudons ya era de mi abuelo, o sea que nosotros somos la tercera generación que lo gestiona. Antiguamente no se cuidaban los monumentos, el ganado pastaba por donde quería y estaba todo descuidado. Pero mi abuelo, para evitar que se perjudicara más, hizo construir esta pared seca alrededor del monumento para conservarlo. De alguna manera ya tuvo la visión de que debía protegerse y cuidarse.
¿Qué recuerdos de infancia tiene en la naveta des Tudons?
Pues cuando éramos pequeños subíamos, entrábamos dentro, antes no había ningún tipo de control ni conciencia. Lógicamente, por necesidades de conservación y protección de un monumento tan importante, ahora el acceso está cerrado con una reja y está prohibido subir.
¿Y cómo surgió la idea de explotar el yacimiento turísticamente?
Aquí desde siempre venían turistas, se organizaban excursiones desde los hoteles, pero no había ningún beneficio económico ni para los propietarios ni para la administración local. Creo que fuimos de los primeros en explotar turísticamente un yacimiento prehistórico en Menorca, y después, gestionarlo de una forma que una parte del dinero de las entradas fuera hacia la conservación de los bienes talayóticos y las investigaciones arqueológicas.
De esto hace 13 o 14 años, cuando firmamos un acuerdo con el Consell Insular para organizar todo el tema de las visitas, y estamos muy satisfechos de la colaboración con ellos. Lo que ocurre es que se necesitan más recursos para investigación y, sobre todo, para recuperar todo el gran patrimonio que tenemos en deterioro. Queda mucho por hacer para arreglar todos los monumentos que tenemos en el campo menorquín. En los últimos años se está haciendo un buen trabajo desde el Consell, pero debe seguir reforzándose e incrementándose.
Este es el monumento más visitado de Menorca, ¿qué supone esto para su familia?
Pues es un orgullo, es un legado histórico y una maravilla mundial que tenemos la suerte de tener en casa. Lo más importante es que todo el mundo que quiera pueda venir a disfrutarlo.
Y en un yacimiento tan destacado, ¿qué retos tienen para mejorar la visita?
Pues una de las mejoras que podrían hacerse es eliminar las torres eléctricas en desuso que tenemos dentro de la propiedad, son contaminación visual. Creo que es uno de los temas pendientes.