"Los restos prehistóricos que constituyen la Menorca Talayótica son la joya de la corona de la cultura pétrea en la isla"

ángel roca protagonistasÁngel Roca (Barcelona, 1948), trasladado a Madrid a temprana edad, inicia estudios en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en los convulsos años previos a la transición democrática, abandonando la carrera en el tercer curso. Toda su trayectoria profesional se ha desarrollado en el ámbito de la arquitectura y el diseño.

Aficionado a la fotografía desde la juventud, ha realizado las fotos para la Guía de Arquitectura de Madrid (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid) y para la parte española de la publicación y exposición del proyecto europeo Les temps des gares, sobre las estaciones ferroviarias (Ministerio de Cultura/Centre Georges Pompidou de París), entre otros proyectos.

Miembro de la junta directiva de la Societat Històrico-Arqueològica Martí i Bella (SHAMB) desde 2009, y más tarde presidente de la entidad, ha desarrollado una extensa trayectoria vinculada a la promoción, estudio y restauración del patrimonio menorquín a través de jornadas, artículos, congresos, publicaciones y un dilatado trabajo de voluntariado en la restauración del patrimonio etnológico. Ha colaborado con instituciones culturales y entidades patrimoniales de la isla en proyectos de difusión, protección y restauración.

Su último trabajo, el libro Menorca. Cultura de la piedra, sintetiza décadas de interés personal y profesional por los elementos constructivos, paisajísticos y culturales asociados a la piedra en la isla. Esta publicación ofrece una mirada amplia y documentada sobre los múltiples aspectos que conforman este legado: técnicas constructivas, oficios tradicionales, terminología propia y bienes patrimoniales que constituyen el paisaje físico y simbólico de Menorca. Con motivo del reciente lanzamiento de la obra, conversamos con el autor para profundizar en los objetivos, el proceso creativo y la visión que sustenta este proyecto editorial, que contribuye a la valorización de la identidad cultural menorquina.


En primer lugar, ¿qué le ha llevado a emprender este ambicioso proyecto editorial sobre la cultura de la piedra en Menorca?
Mi primera vivienda en Ciutadella fue Montefí. El poblado talayótico y las canteras de marés, antes de que se iniciara el proceso de recuperación por Líthica —de la que soy socio desde su inicio—, fueron mi entorno inmediato y, a menudo, paseaba por estas zonas descubriendo un mundo para mí desconocido y atractivo. En mis primeros tiempos en la isla dediqué mucho tiempo a recorrerla, visitando otros yacimientos arqueológicos y, especialmente, el entorno de Punta Nati, que me dejó marcado por su paisaje pétreo, desolado, y sus increíbles construcciones en piedra seca.

En el transcurso de mi vida profesional tuve la suerte de poder colaborar en proyectos sobre edificios históricos, como la Catedral, el Castell de Sant Nicolau o el antiguo Hospital Municipal de Ciutadella. Estos trabajos me permitieron conocer de primera mano el marés y sus particularidades constructivas, de la mano de maestros con mucha experiencia.

Barraca des Comte. TruqueriesDesde mi ingreso en la SHAMB en 2009, profundicé mis conocimientos sobre la historia y prehistoria menorquinas en unos años muy intensos de actividades relacionadas con la arqueología y el patrimonio. El Projecte GIBET (Grup d’Intervenció sobre Bens Etnològics) de voluntariado, iniciado por la SHAMB en 2009 —al cual pertenezco desde su inicio y en el que continúo activo a día de hoy—, me ha permitido un profundo conocimiento de la técnica y características de la piedra seca a través de su práctica.

Estos aspectos de mi vida me han facilitado una visión panorámica de las artes de la piedra en Menorca. Compartidos con la editora y los fotógrafos Carlos Roca y Fernando Madariaga, nos han llevado a considerar que podría ser interesante hacer una publicación para la divulgación de este patrimonio. Algunos de mis amigos bromean con que este trabajo venía obligado por mi apellido.

Su libro abarca cuatro milenios de relación entre Menorca y la piedra. ¿Cuáles considera que son los hitos históricos más relevantes en esta trayectoria?
Personalmente, soy partidario de una visión de conjunto. Pero si nos atenemos a la división del libro entre cultura talayótica, piedra seca y marés, destacaría la Naveta d’es Tudons, Torre d’en Galmés y Son Catlar en la prehistoria; las grandes barracas de Punta Nati en cuanto a patrimonio etnológico en piedra seca; y, en relación con la arquitectura del marés, la Catedral de Ciutadella, el Lazareto de Maó, La Mola y los grandes conjuntos conventuales de los siglos XVII y XVIII, sin olvidar las canteras como la de s’Hostal en Ciutadella o Robadones en Maó.

¿Qué papel juega la arquitectura talayótica en este relato? ¿Cómo se inserta dentro del conjunto más amplio de la cultura pétrea menorquina?
Sin ninguna duda, los restos prehistóricos que constituyen la Menorca Talayótica son la joya de la corona de la cultura pétrea en la isla. La increíble cantidad y excelente grado de conservación de este patrimonio han motivado su reciente inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad.

Los yacimientos arqueológicos catalogados en la isla (alrededor de 1.500) todavía tienen que deparar muchas sorpresas. A pesar del enorme esfuerzo realizado por el Consell Insular y por los arqueólogos insulares y foráneos en los últimos años, muchos yacimientos aún no han sido objeto de excavaciones. Los datos que aportan y aportarán en el futuro las actuaciones en los poblados y en las cuevas de enterramiento colectivas —en relación con la procedencia, costumbres, creencias y genética— son fundamentales para profundizar en el conocimiento de la prehistoria menorquina. Un mundo apasionante.

Uno de los aspectos destacados de la obra es la recuperación del vocabulario específico de los oficios vinculados a la piedra. ¿Cómo fue el proceso de documentación y recopilación de este léxico tradicional?
Evidentemente, he tenido que leer mucho sobre los temas que incluye la publicación. La bibliografía recoge algunos de los libros recomendados para profundizar en los diferentes temas. Sin embargo, la relación directa con paredadors, trencadors, araders o mestres de cases es lo que más me ha aportado al conocimiento de estos oficios. El libro pretende hacer una llamada de atención sobre estos oficios que no encuentran relevo generacional para su continuidad.

¿Qué fuentes —archivísticas, orales, bibliográficas o gráficas— fueron clave en el proceso de investigación? ¿Hubo descubrimientos inesperados durante ese proceso?
Cuando se profundiza en un tema utilizando las fuentes que mencionas, siempre aparecen aspectos desconocidos. No obstante, debido a mi larga relación con el tema que protagoniza el libro, no he tenido descubrimientos sustanciales. Ha sido un conocimiento de largo recorrido.

En su opinión, ¿cómo ha influido la cultura de la piedra en la configuración de la identidad menorquina, más allá del ámbito arquitectónico o paisajístico?
La impronta dejada en Menorca a través de los siglos en las labores de la piedra en sus diferentes ámbitos es evidente. No puede imaginarse el paisaje insular sin la omnipresencia de las paredes secas (más de 11.000 km), los talayots o las barracas diseminados en el territorio. Estos elementos, unidos a los usos y costumbres, han adquirido valor identitario, y sin ellos Menorca sería muy diferente.

El esfuerzo colectivo necesario para la realización de este patrimonio, visto en su conjunto, ha sido una tarea titánica para la transformación del entorno, desarrollada a lo largo del tiempo desde los primeros pobladores con el objetivo de mejorar las condiciones de vida.

¿Qué importancia tiene el marés dentro del universo constructivo menorquín? ¿Podría hablarnos de su uso a lo largo del tiempo y su valor patrimonial actual?
El marés ha sido el material constructivo por excelencia en la isla. Su abundancia y cualidades lo han hecho imprescindible en la construcción hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando aparecieron materiales prefabricados que, por sus características y precio, han relegado paulatinamente el uso del marés y la madera en la actividad constructiva.

Ante la falta de demanda y las restricciones medioambientales, las canteras de marés han ido cerrando. En la actualidad, la única cantera en explotación en la isla se encuentra en Ciutadella y suministra principalmente a obras de restauración. El futuro del uso de este material es muy incierto.

lazaretoEn el contexto contemporáneo, ¿cómo valora la transmisión de los oficios relacionados con la piedra seca y el riesgo de pérdida de este conocimiento ancestral?
El ciclo de las labores de la piedra que relata el libro concluyó a mediados del siglo pasado. La drástica reducción de las artes constructivas tradicionales ha motivado la pérdida irreparable de los oficios ligados a la tradición.

El último arader de Ciutadella ha cerrado el taller hace pocos meses. Lo mismo ocurre con los trencadors; con la extracción mecánica del marés, su oficio ha desaparecido hace años. Los paredadors, aunque en menor número, se han mantenido por la demanda de paredes secas. Se pretende dejar una memoria viva de estos oficios que tanto han contribuido a la Menorca actual.

Menorca es hoy Reserva de la Biosfera y aspira a consolidarse como destino cultural vinculado a su patrimonio talayótico. ¿Qué papel puede jugar la cultura de la piedra en esta estrategia de valorización del territorio?
Menorca, pese a su reducido territorio, atesora valores evidentes: la pureza de su paisaje, su condición de Reserva de la Biosfera —al no sucumbir al desarrollo turístico de los años 70 del siglo pasado—; la cultura talayótica, galardonada recientemente por la UNESCO como Patrimonio Mundial; el reconocimiento en 2018 por parte del mismo organismo de la técnica constructiva de la piedra seca como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad; un volumen muy extenso de paredes secas y construcciones monumentales para el ganado; y una notable muestra de construcciones defensivas, religiosas, civiles o núcleos urbanos como Maó y Ciutadella (conjunto histórico-artístico desde 1964). Estos ejemplos evidencian la estrecha relación entre la cultura de la piedra y la revalorización del territorio.

La edición del libro es multilingüe (castellano, catalán, inglés y francés). ¿Qué importancia tiene esta apuesta para la proyección internacional de un patrimonio que, hasta ahora, ha sido mayoritariamente local?
El carácter multilingüe del libro se ha decidido en atención al gran número de visitantes de distintas nacionalidades que recibe Menorca a lo largo del año. El objetivo es llegar al mayor número de lectores para dar a conocer una cultura insular que, en ocasiones, permanece alejada de los circuitos turísticos. Es una herramienta para dar a conocer y valorar nuestro patrimonio.

Por último, ¿qué espera que el lector —sea menorquín o visitante— descubra o valore tras la lectura de Menorca. Cultura de la piedra?
Para el lector menorquín, el contenido del libro le resultará familiar, aunque no dudo que encontrará una buena cantidad de datos interesantes y desconocidos sobre su entorno. El texto, aunque muy sintetizado, contiene una información amplia y equilibrada sobre los diferentes ámbitos de la cultura de la piedra en Menorca, con el fin de ofrecer al lector —menorquín o visitante— una visión panorámica y documentada sobre una actividad que ha dejado una profunda huella en la isla, teniendo en cuenta que este patrimonio, a día de hoy, es bastante inaccesible por ubicarse en fincas privadas.
 
 
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