Fani Montoro es informadora de la Fundació Foment del Turisme de Menorca desde 2018, cuando empezó a trabajar en Torre d'en Galmés. Licenciada en Turismo, es una apasionada de la arqueología y la cultura talayótica, formando parte del importante equipo humano que contribuye a difundir nuestro patrimonio prehistórico, legado de un pasado único y excepcional.
Es una apasionada de la arqueología, ¿qué le trajo de este mundo?
Siempre he sentido mucha curiosidad por las culturas anteriores a la nuestra, su expresión y lo diferentes que eran a nosotros. Ya de pequeña, leía y devoraba novela histórica. Me gustaba transportarme a tiempos lejanos e imaginarme cómo vivía la gente en otras épocas. Fue cuando llegué a Menorca que descubrí la prehistoria de cerca, nunca antes había estado en contacto directo con una cultura tan lejana. Aquí en Menorca casi cada piedra que tocas tiene mucha historia.
Además, en el resto de España, a la mayoría de yacimientos tienes que ponerle mucha imaginación para ver más que piedras. Aquí es al revés, cada yacimiento te transporta al pasado y te estimula la imaginación. Es imposible no tener curiosidad sobre porqué hacían estas construcciones tan descomunales como los talayots o las taulas, e investigar sobre el tema. A la que empiezas a hacer un poco de investigación, descubres detalles muy curiosos, a la vez que hay también muchas hipótesis que dan paso a cierto misterio y te dejan con ganas de seguir indagando.
¿Había pensado alguna vez en trabajar en un yacimiento o su interés por esta disciplina le hizo especializarse en turismo cultural?
Lo cierto es que todo ha sido un poco de casualidad. Estudié Turismo porque me gusta viajar. Cuando visito otro sitio me gusta recorrer los rincones y fijarme en cada detalle. Cuando llegué a Menorca, me quedé enamorada de la isla y buscaba trabajos que me ayudaran a conocerla mejor. De este modo, trabajé para Medio Ambiente, y también para Patrimonio de la isla. Aprendí muchas cosas, conociendo Menorca palmo a palmo. Mis estudios, mi interés y conocimientos, y la experiencia previa es lo que me dio la oportunidad de poder empezar como informadora en un yacimiento. Es un sector que me gusta mucho, y más adelante seguí especializándome.
Experiencia a Torre d'en Galmés
Trabaja como informadora en Torre d'en Galmés desde hace unos años, por tanto, es un yacimiento que conoce muy bien. ¿Qué destacaría de la experiencia de visitarlo?
Para mí es el yacimiento más completo que existe. Las casas del período talayótico final le dan un sentido al conjunto que el resto de yacimientos no tiene. La visita es especialmente interesante porque con ella se puede ver cómo vivía la gente en el pasado, cómo era su día a día. Cómo cocinaban, qué utensilios empleaban, qué animales tenían, etc. Para la mayoría de visitantes es un viaje al pasado. Además, se puede ver claramente cómo ha evolucionado la historia, cómo fue la vida de los pobladores iniciales, qué huella dejaron otras culturas que llegaron a Menorca en aquella época, como los romanos; y cómo vivieron otros pueblos como los musulmanes, que también pasaron por aquí y aprovecharon lo que había para vivir.
Seguro que tiene muchas anécdotas después de estos años, ¿hay alguna que recuerde especialmente?
Una me hace mucha gracia, y es la de un grupo de mujeres que me preguntaron si aquí había unas piedras que tenían energía telúrica. Hay mucha gente que ve en este sitio un lugar muy místico. Yo no sé si existe este tipo de energía, pero sí que es verdad que es muy especial la manera en que se han conservado estas piedras a lo largo de los siglos. También toda la atención, admiración y estima que le ponemos al yacimiento todas las personas que trabajamos en él, y la admiración de quien lo visita, digo yo que de alguna manera debe notarse.
¿Qué es lo que más sorprende a los visitantes de Torre d'en Galmés? ¿Cuál es el monumento del poblado que más interés despierta?
Lo que más llama la atención es cómo eran capaces de hacer estas construcciones con piedras tan grandes y con los medios tan primitivos que había en esa época. Es un poblado con muchas estructuras: tres talayots, además del recinto de taula y muchas casas. Se puede ver la auténtica ciudad de la prehistoria, e imaginarse cómo construyeron todo esto es realmente asombroso.
El monumento que más agrada es el círculo de Cartailhac, es sorprendente a nivel arquitectónico, tiene una geometría y una armonía en la disposición de los pilares y los muros que gusta mucho. La sala hipóstila también llama bastante la atención, las piedras de la cubierta son muy grandes y ver cómo están sin ningún tipo de amalgama a modo de techo impresiona.
Otra cosa que sorprende es que el yacimiento está abierto al público día y noche, sin ningún tipo de vigilancia, y que se preserve tan bien y esté tan limpio y cuidado. Es algo que para los que vivimos aquí nos parece muy normal, pero para la gente de fuera resulta curioso el respeto hacia el patrimonio.
Turismo y patrimonio
Torre d'en Galmés es un yacimiento vivo, donde hoy en día hay varios proyectos de investigación en marcha. ¿Cómo es la convivencia entre turistas y arqueólogos?
Los arqueólogos trabajan en verano, los meses de mayor afluencia. Normalmente, las zonas donde se realizan los trabajos de excavación están apartadas de las zonas de paso de los visitantes, ya que el itinerario está trabajado con anterioridad. De todos modos, los visitantes pueden ver a los arqueólogos trabajando y ellos no tienen ningún inconveniente en responder a cualquier cuestión que les puedan plantear. De hecho, según el tipo de visitante, se le informa expresamente si existe algún proyecto en marcha por si quiere acercarse a ver cómo trabajan o pedir alguna información. Los arqueólogos saben que esta apertura hacia el público en general es muy importante, porque genera mayor interés hacia el yacimiento y es una buena labor de difusión.
¿Qué retos tiene su tarea como informadora de un yacimiento talayótico?
Creo que los informadores hacemos un importante trabajo de transmisión de los valores culturales del territorio, que es indispensable para que se nos valore por lo que somos. Y una parte muy importante de esta cultura es el patrimonio prehistórico, tan importante que Menorca Talayótica es candidata a Patrimonio Mundial de la UNESCO. Este hito, que hemos logrado con mucho esfuerzo, sin el reconocimiento del público externo -que son los turistas- no tendría sentido.
Nuestro patrimonio ha estado escondido para el resto del mundo durante mucho tiempo, ahora es el momento de mostrarlo. Hacer entender que lo que hay en estos yacimientos es mucho más que cuatro piedras, un legado del pasado en un estado de conservación único y que no hay otra cosa similar en el mundo, es una tarea importante.