María José León Moll es licenciada en Historia por la Universidad de Barcelona, ??con un posgrado en Arqueología, y un master en Gestión Cultural. Es arqueóloga y directora de Can Saura, el nuevo Museo Municipal de Ciutadella. También es miembro del Consejo Científico de la Agencia Menorca Talayótica, y como investigadora codirige las excavaciones del proyecto Modular en el poblado talayótico de Son Catlar, y también las del yacimiento costero del cabo de Cala Morell dentro del proyecto "Entre Illes”.
Empecemos por conocer un poco su trayectoria. ¿Qué le hizo dedicarse a la arqueología y al estudio de la cultura talayótica?
La respuesta es muy fácil. El paisaje menorquín tuvo mucho que ver. De pequeña los fines de semana íbamos con la familia a ver yacimientos, sobre todo el de Son Catlar. Este hecho marcó mucho mi infancia. Además, cuando yo era pequeña había una saga de películas que estaba muy de moda, “Indiana Jones” y, evidentemente, al verlas todavía tuve más claro que quería dedicarme a la arqueología, aunque en ese momento tenía un concepto muy distinto al que era esta ciencia. Un concepto que con los años, y sobre todo con las diferentes excavaciones que he realizado, ha ido cambiando. Sin embargo, si tuviera que volver a escoger, volvería a elegir la arqueología como trabajo y modo de vida.
¿Qué encontrará el visitante interesado en conocer esta etapa de la prehistoria menorquina en Can Saura?
El nuevo museo de Can Saura se ha construido a partir de un nuevo concepto. Can Saura es un museo de la ciudad, es decir, centrado en contar la historia de Ciutadella. Esta nueva concepción museográfica está presente en todas las salas que componen el museo, incluidas las dedicadas a la prehistoria. Así, el visitante lo que encontrará son las particularidades de la prehistoria menorquina en el territorio de Ciutadella. De esta manera podrá disfrutar de los hallazgos de las cuevas de Es Càrritx y de Es Mussol o ver algunos de los materiales recuperados en las excavaciones del poblado de navetas de Es Coll de Cala Morell o de las navetas de enterramiento que encontramos en el término de Ciutadella, entre las cuales destaca la naveta de Es Tudons. Por tanto, ¡desde aquí recomiendo mucho la visita al nuevo museo!
Como usted comentaba, en el Museo Municipal de Ciutadella se conservan algunos objetos muy valiosos de la cultura talayótica. ¿Cuántas piezas existen actualmente de este período? Y desde su punto de vista, ¿cuáles son las más relevantes?
Desde mi punto de vista todos los objetos que exponemos en el museo son valiosos y relevantes, independientemente del período histórico al que pertenecen. Con la nueva exposición permanente hemos hecho un gran esfuerzo para poder exponer materiales más allá de los objetos arqueológicos, ya que creemos que Menorca es mucho más que arqueología.
En el museo exponemos unos 250 objetos (más o menos) de la prehistoria menorquina, divididos en distintas salas. De éstos, las piezas más relevantes que tenemos la oportunidad de exponer en Can Saura son: por un lado, las tallas de madera recuperadas de la Cova des Mussol; y, por otra, todos los objetos de madera, hueso, bronce, cerámica y cabello humano que se recuperaron del escondite de la Cova des Càrritx. El hallazgo de este conjunto de objetos de la cueva des Càrritx permitió documentar, por primera vez, el ritual mortuorio conocido con el nombre de “peinar la muerte” y que, actualmente, sabemos que también se practicaba en otros lugares funerarios de la prehistoria menorquina como la Cova des Pas o la Cova de Biniedrís.
¿Qué actividades relacionadas con la cultura talayótica tiene programadas el Museo para este año?
Este es todavía un año de prueba y error para el museo. Ahora mismo tenemos previsto reanudar los talleres para escolares que se incluyen dentro del programa “Abriendo puertas” del Ayuntamiento de Ciutadella. Una buena parte de estos talleres están dedicados a la prehistoria menorquina y tienen como finalidad acercar esta materia a los niños del municipio a través del museo, como institución implicada en la educación no formal. Estos talleres implican visitas guiadas al museo, visitas a yacimientos como Torre d'en Galmés o Son Catlar, y talleres más manipulativos que se desarrollan en el espacio aula. Además, durante el mes de octubre el museo tiene previsto desarrollar la campaña de excavación en el yacimiento de navetas de habitación del cabo costero de Cala Morell.
Proyecto Modular
Las excavaciones en Son Catlar que usted codirige son uno de los proyectos de investigación en los que está involucrado el Museo. ¿Qué nuevos conocimientos ha aportado este proyecto Modular en torno a la cultura talayótica?
El proyecto Modular inició los trabajos en la isla en 2014 con el objetivo principal de caracterizar el contacto colonial entre las comunidades fenício-púnicas del Mediterráneo occidental y los grupos humanos que habitaron Menorca durante la segunda mitad del I milenio a.C.
A partir de 2017, el proyecto concentró la investigación en el poblado de Son Catlar, caracterizado por su impresionante muralla de 900 m de longitud que rodea casi todo el poblado. A esta muralla se le adosaron un conjunto de bastiones y torres. Ahora, gracias a la investigación del proyecto Modular, sabemos que estas estructuras adosadas se edificaron en torno al siglo III a.C. con el objetivo de refortificar el poblado y adaptar la muralla al nuevo panorama militar del Mediterráneo que se configura a partir del siglo V a.C.
Así las investigaciones de nuestro proyecto en el yacimiento de Son Catlar han permitido:
- convertir Menorca en un escenario más del gran conflicto protagonizado por Roma y Cartago (Segunda Guerra Púnica).
- ver Menorca como un espacio de contacto entre el mundo fenício-púnico y las comunidades locales.
- obtener una secuencia estratigráfica y arquitectónica concreta de los principales eventos históricos que vivió el poblado de Son Catlar.
- localizar una segunda puerta del poblado: la puerta en codo que se configura como un “unicum” en el Mediterráneo.
- localizar un horizonte constructivo de refortificación del poblado de Son Catlar que tiene como objetivo adaptar la muralla talayótica al nuevo panorama militar del Mediterráneo que se configura a partir del siglo V a.C.
- ver la influencia púnica en la construcción de toda esta refortificación del poblado de Son Catlar.
Hace unas semanas terminaban los trabajos de la campaña de este año. ¿Cuáles han sido los principales avances?
Este año, los trabajos de excavación se han concentrado en el sector de la puerta en codo. En este espacio, ya en el perímetro urbano del poblado, hemos podido localizar una habitación anexa al sistema de acceso de la puerta en codo que se habría edificado también a finales del siglo III a.C. Este espacio rectangular podría haber tenido una función militar, quizás podría tratarse de un cuartel militar. La excavación de este año nos permitió ver que la estructura fue reutilizada en época romana como ámbito doméstico. En su interior se ha documentado un horno.
Por otra parte, también hemos podido documentar dos calles que salían desde la puerta en codo. Una hacia el este y otra en dirección sur. Este año sólo hemos podido intervenir la calle Este, donde hemos podido documentar la reutilización de la zona en época romana como espacio doméstico. En el interior hemos podido documentar también un segundo horno.
Museo y patrimonio
¿Qué papel debe tener el Museo con vistas a la posible inscripción de Menorca Talayótica en la Lista de Patrimonio Mundial?
El museo, como institución permanente, abierta al público y al servicio de la sociedad y de su desarrollo, debe desempeñar un papel activo en cuanto a la conservación, investigación y difusión de la cultura talayótica. El
museo debe ser un espacio vivo en el que la población local y los visitantes puedan disfrutar de los bienes representativos de la prehistoria menorquina. Los museos de la isla deben convertirse en un baluarte para la defensa y difusión de la Menorca Talayótica.
¿Cómo ve el futuro de nuestro patrimonio arqueológico?
El futuro del patrimonio arqueológico de la isla depende de la población. Es necesario apelar desde los museos y las instituciones a la
concienciación patrimonial. Debemos tener en cuenta que el patrimonio arqueológico del que ahora mismo disfrutamos es una herencia que nos han dejado nuestros antepasados y también un testimonio vivo que dejamos a las generaciones futuras. Es nuestro deber como habitantes de esta isla ser conscientes de la riqueza patrimonial que tenemos, disfrutarla y saber conservarla. Sólo valorando este patrimonio podremos generar actitudes que tiendan a su conservación. El futuro está, por tanto, en nuestras manos y pasa necesariamente por la concienciación patrimonial.