Alejandra Galmés es graduada en Historia por la Universidad de las Islas Baleares (2013) y máster en Arqueología Prehistórica por la Universidad Complutense de Madrid (2014). Actualmente, es investigadora postdoctoral Juan de la Cierva en el Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y forma parte del Grupo de investigación ArqueoUIB (Universidad de las Islas Baleares).
Sus intereses se centran especialmente en la arqueología del paisaje, el uso de sistemas de información geográfica en arqueología y la teoría arqueológica, materias que aplicó a su tesis “Piedras que enlazan comunidades y paisajes. Un estudio sobre arquitectura y visibilidad en la isla de Mallorca durante la Edad del Hierro (850-123 A.C.)”.
Ha realizado estancias de investigación en las universidades de Cambridge (2017) y Leicester (2018). Asimismo, ha participado en excavaciones y prospecciones arqueológicas, tanto en España como en el extranjero, en un amplio arco cronológico, desde el neolítico hasta época contemporánea. Contribuyó a la elaboración del expediente de Menorca Talayótica a Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Empecemos por conocer un poco su trayectoria. ¿Por qué se decantó por la arqueología?
Sinceramente, no sé. Siempre me ha gustado. Empecé con un interés hacia la historia desde muy jovencita, y a los 15 años participé como voluntaria en mi primera excavación arqueológica en Son Fornés. Desde entonces siempre he dicho que quería ser arqueóloga, y ahí estamos. Pero no tengo recuerdo de un momento que encendiera mi interés, posiblemente porque fue siendo muy pequeña. Sé que a los 12 años vine con la escuela a Menorca y por cuestiones de tiempo no pudimos visitar la Naveta des Tudons aunque estaba en el itinerario, y llegué a casa con una gran decepción. ¡Así que desde entonces ya me gustaba!
¿Y cómo fue su acercamiento a la cultura talayótica? ¿Qué despertó su interés por este período de la prehistoria?
Desde el inicio estuve vinculada a excavaciones de la cultura talayótica, por lo que diría que diría que fue algo natural. Siempre me ha intrigado también ver cómo la arqueología estaba tan presente en el paisaje a través de construcciones como navetas y talayots, aunque no siempre, especialmente en Mallorca, se les da el papel que merecerían.
Cuando empecé el grado de Historia en la UIB las asignaturas del Área de Prehistoria fueron las que más me atrajeron, y empecé a colaborar en el laboratorio y en proyectos como Closos de Can Gaià.
Sus aportaciones sobre el estudio y análisis del territorio fueron un capítulo importante en el expediente de la candidatura de Menorca Talayótica a Patrimonio Mundial. ¿Cuáles son los rasgos más singulares de la Menorca Talayótica en este aspecto?
Creo que Menorca es singular tanto por la conservación del patrimonio prehistórico de la isla, como por su valoración y su gestión. Menorca Talayótica es un caso de estudio que nos abre muchas posibilidades de investigación dado que es una isla, es decir, un área de análisis definida en sí misma, con una conservación muy homogénea, lo que nos permite poder realizar estudios de paisaje que en otros sitios no son posibles por la falta de datos.
Además, las dimensiones y monumentalidad de las construcciones talayóticas presentan otro elemento de interés, ya que muestran cómo los habitantes de la isla quisieron hacer visibles estos espacios. La pregunta que nos hacemos es por qué lo hicieron así y qué implicaciones tuvo.
Su estudio “La isla de los talayots. Visibilidad y conexiones visuales en la isla de Menorca durante época talayótica” explora el paisaje monumental de la isla de forma más extensa. ¿Cuáles son las principales conclusiones?
Este proyecto, financiado por el Institut Menorquí d’Estudis, permitió poder analizar diversos aspectos de la localización de los talayots. Por ejemplo, el cálculo de la prominencia visual de los lugares donde se ubican los talayots, es decir, si se localizan en lugares especialmente visibles respecto a su entorno. Los resultados fueron que mayoritariamente parece que sí elegían espacios prominentes, pero no siempre. Y esta variación es la que resulta más interesante y que nos permite seguir con nuevas preguntas.
¿Existen indicios sobre por qué los talayóticos tenían la necesidad de realizar estas construcciones tan monumentales?
Actualmente tenemos varias hipótesis sobre el porqué de la altura de estas construcciones, pero es una línea en la que estamos trabajando. ¡Esperamos tener algunas respuestas pronto!
¿Y qué diferencias existen entre los talayots de Mallorca y Menorca?
Siempre se ha enfatizado la diferencia de tamaño de los talayots de las dos islas. Por eso estamos trabajando ahora en compararlas y saber si desde el punto de vista del paisaje la altura del talayot ??permite diferentes cosas, o no. Por ejemplo, si la altura se relacionaría con ver más asentamientos o el ser visto de una forma particular al andar por los alrededores. Pero para responder a estas preguntas ¡hay que seguir trabajando!
Esta misma semana ha hecho una charla sobre redes y visibilidad entre monumentos junto con Tom Brughmans, uno de los mayores especialistas mundiales en la aplicación de análisis de redes en arqueología. ¿Qué pueden aportar estas nuevas metodologías de estudio?
El análisis de redes es una metodología que permite explorar las conexiones entre asentamientos. Esto es, permite pasar de ver cada yacimiento en sí mismo para poder establecer relaciones entre ellos. Esto hace que pasemos de ver los talayots como monumentos dentro del paisaje a verlos a la vez como nodos de conexión dentro de este paisaje.
Hizo una comparativa entre monumentos en el Himalaya, el Caribe y la Menorca Talayótica. ¿Qué paralelismos existen entre estos lugares tan distantes?
Tom Brughmans ha trabajado en yacimientos del Caribe y del Himalaya y ha desarrollado metodologías de
análisis de red basadas en visibilidades. Inspirándome en estas metodologías las apliqué a Menorca. Cada sitio es un caso de estudio muy diferente pero la metodología de análisis de redes visuales nos permite poder establecer relaciones entre asentamientos y proponer discursos sobre la ocupación del paisaje y la importancia de estas relaciones. Por ejemplo, poder contrastar diferentes redes de edificios relacionados con el control visual y ver diferentes vías en las que se conectan para crear una red de comunicación entre ellos.
También ha formado parte del equipo de estudio de Rafal Rubí. ¿En qué ha consistido este estudio y sus aportaciones?
Rafal Rubí fue un proyecto muy interesante, ya que las navetas funerarias no se localizan en espacios especialmente prominentes, como hemos visto con los talayots. Por eso, el estudio exploró varias variables para entender si las navetas se localizaban en un lugar con cierto impacto en su paisaje más cercano. Es decir, si eran fácilmente visibles, puesto que se localizan en una especie de corredor visual, un área sin demasiadas elevaciones visuales donde las navetas habrían destacado. La idea es próximamente poder contrastar estos resultados con otras navetas funerarias de la isla, para seguir añadiendo capas a esta comprensión del paisaje de la Menorca Talayótica.