"En Menorca se está haciendo un trabajo de gran calidad a nivel arqueológico"

protagonistas lua valenzuela Lua Valenzuela es arqueóloga y doctora por la Universitat de les Illes Balears (UIB) con la tesis "La Edad del Bronce en Mallorca. Una aproximación a través del análisis arqueozoológico" (2020). Se licenció en Historia en la Universitat de Barcelona y realizó el máster de Arqueología en la Universidad de Granada.

Ha dirigido varios proyectos destacando la codirección de la Cova del Camp del Bisbe (Sencelles, Mallorca). Actualmente, es contratada postdoctoral por la Universitat de les Illes Balears y está realizando una estancia en la Universitat de Barcelona trabajando con el análisis de isótopos de movilidad y el estudio de la dieta de los animales a través del microdesgaste dentario. Es miembro del Grupo de Investigación ArqueoUIB del Dept. de Ciencias Históricas y Teoría de las Artes de la UIB.


¿Qué te inspiró para especializarte en la arqueología de Menorca y, en particular, en la cultura talayótica?
Bien, en realidad no me definiría como una arqueóloga especialista en la cultura talayótica de Menorca. Ahora mismo me siento más identificada como arqueóloga especialista en fauna de la prehistoria balear. En cuanto a tu pregunta, soy mallorquina y desde muy joven he mantenido un fuerte vínculo con la arqueología balear, por lo que especializarme en esta temática ha sido un proceso bastante natural.

A lo largo de todos estos años he intentado encontrar los métodos que permitieran responder a las preguntas que me he ido haciendo sobre todo lo que tengo alrededor. Éste es el motor que mueve mi búsqueda y es por eso que, cuando me han surgido oportunidades de especializarme en otras culturas más conocidas, mi decisión ha sido siempre mantener esta línea, ya que sino todo habría perdido el sentido .

¿Cuánto tiempo has trabajado en Menorca y cuáles han sido los proyectos más significativos en los que has participado?
Mi investigación en Menorca empezó hace unos ocho años, en el marco de la tesis doctoral, y desde entonces he tenido la suerte de poder seguir ampliando mi participación en diferentes proyectos. Todos y cada uno de ellos tienen algún aspecto que los hace únicos para poder comprender la prehistoria menorquina y es muy difícil destacar uno por encima de los demás.

Por ejemplo, a nivel de movilidad y explotación del territorio, destacaría el trabajo que estamos haciendo en Es Coll de Cala Morell por su localización, Sa Mitja Lluna porque es un lugar estacional o Cala Blanca porque todavía presenta muchas incógnitas. También es fascinante poder estudiar Cornia Nou por su cronología y por las actividades que allí se llevaban a cabo. ¡Podría seguir pero no hay espacio suficiente para poder hablar de todo!

¿Cuáles son los descubrimientos más recientes sobre la Menorca Talayótica que consideras más emocionantes o reveladores?
Sin lugar a dudas, los hallazgos de la Cova des Càrritx y des Mussol marcaron un antes y un después en mi percepción de la prehistoria de las Islas Baleares. En esa época sólo había visto restos orgánicos antiguos procedentes de Egipto o de otros territorios con climas extremos y me impactó. Recuerdo que incluso fuimos a Barcelona con mi madre para ver la exposición en el Museu Arqueològic de Catalunya y cómo me fascinó la cantidad de información que se había podido obtener y el discurso que se había generado.

lua ¿Y cuáles han sido los mayores desafíos a los que te has enfrentado en tu trabajo en Menorca?
Cuando planteé el estudio de la movilidad animal en Baleares no era consciente de la falta de información sobre el estroncio disponible en la geología de Baleares. Esta información es indispensable para poder saber por dónde habrían pastado a los animales en el pasado. Esto supuso todo un reto, puesto que no disponíamos ni del tiempo ni del dinero necesario para abordarlo en el marco de una tesis doctoral. Por este motivo, decidimos estudiar las mayores geologías y las de donde se encontraban los yacimientos analizados y publicamos el trabajo en 2021.

Esta tarea no terminó aquí, y en 2020 pusimos en marcha un trabajo más amplio en el que se han analizado muchas más muestras de diferentes geologías y yacimientos arqueológicos baleares, incluso de Formentera. Este trabajo ha sido publicado este año y ha sido posible gracias a la colaboración de más de 20 investigadores e instituciones.

De toda esta experiencia, me quedo con toda la ayuda recibida y en cómo se implicaron incluso personas que, sin ser arqueólogas, se rapiñaron las piernas para recoger muestras de vegetación de toda Baleares. Gracias a Joan Benejam, Malena Bibiloni y Tomeu Ramis, ya que sin ellos este estudio no habría sido posible.

Uno de tus últimos estudios es sobre la movilidad animal en las Islas Baleares durante la Edad del Bronce y del Hierro. ¿Qué revelan trabajos como éste?
Este tipo de estudios nos ayuda a saber si un animal pastó en el mismo yacimiento donde lo hemos encontrado enterrado o si se habría movido por diferentes territorios. En el caso de Baleares, este tipo de trabajos aportan información valiosa para entender cómo se relacionaban las diferentes poblaciones entre ellas o, incluso, con las sociedades de fuera del archipiélago, ya que permitirían detectar la llegada de animales de geologías no disponibles en las islas.

En el caso de este trabajo en concreto, destacaría dos hallazgos en Menorca: por un lado, que las ovejas de los poblados de Clariana, Cala Blanca, Es Coll de Cala Morell y Cornia Nou pastaban tanto por Tramuntana como por Migjorn. Este modelo de pasto es algo diferente al que vemos en Mallorca y nos muestra cómo estas poblaciones se movían por toda la isla.

Por otro lado, sorprende el hecho de que las ovejas de Cornia Nou, aunque pertenezcan a un poblado talayótico, muestren un patrón similar al de los poblados del Bronce. Esta información es importante en tanto que nos estaría indicando una continuidad en las zonas de paso de los pastos en un contexto en el que todo está cambiando. Sin embargo, hay que seguir ampliando los estudios para corroborarlo.

Basado en tus investigaciones, ¿cómo era la vida cotidiana de las personas durante la época talayótica en Menorca?
Por lo general, los estudios de fauna nos muestran una sociedad muy tradicional, ya que prácticamente durante toda la prehistoria balear no introducen nuevas especies respecto a las que trajeron cuando se instalaron aquí. Los rebaños estaban compuestos sobre todo por ovejas y cabras, pero también tenían bueyes y cerdos.

A nivel de dieta, comían muy poca carne y, cuando lo hacían, eran sobre todo caprinos. Durante la Edad del Bronce las principales actividades cotidianas estaban relacionadas con el campo y con la preparación de los alimentos, probablemente era una vida muy vinculada a la tierra y con todas las dificultades que comporta el campesinado.

Durante la segunda Edad del Hierro se observa una diversificación de los trabajos así como una jerarquización de la sociedad y parece que la vida de estas poblaciones no mejora sino todo lo contrario. En resumidas cuentas, era una vida muy dura.

alt text¿Qué áreas de la investigación sobre Menorca Talayótica crees que necesitan más atención en el futuro?
Considero que en Menorca se está haciendo un trabajo de mucha calidad a nivel arqueológico, tanto por parte de los proyectos de excavación y su investigación como a nivel de divulgación en los museos.

Diría que la atención debe centrarse en mantener este nivel a lo largo del tiempo y potenciar que se puedan seguir excavando y estudiando los materiales que salen de estos yacimientos. En el caso que conozco directamente, queda mucho trabajo todavía por hacer en relación a los análisis arqueozoológicos y muchas preguntas por resolver.

¿Qué lecciones o aprendizajes has obtenido en tus años de investigación en Menorca?
Todos los hallazgos y los resultados de los diferentes estudios arqueológicos que van saliendo año tras año corroboran, siempre, que queda mucho por hacer, mucho por descubrir y que nada está concluido. Existe una constante aportación de nuevo conocimiento y es muy motivador.

También es indispensable mencionar que toda la inversión y los esfuerzos que vinieron ligados a la candidatura de Menorca Talayótica son una demostración de que, si hay voluntad política, se pueden dar grandes pasos para conservar nuestro patrimonio y garantizar que perdure. Esto es fundamental en el momento de crecimiento desmedido que estamos viviendo.

¿Podrías compartir con nosotros algunos de tus proyectos o investigaciones futuras relacionados con Menorca Talayótica?
Actualmente estamos trabajando en el estudio de las áreas de captación de las ovejas procedentes del recinto de taula de Binissafullet (Sant Lluís). Este estudio, que ha sido financiado por el IME y esperamos que salga publicado a mediados de 2025, pretende determinar si los animales que se depositaron en este recinto procedían del mismo poblado o por el contrario venían de diferentes zonas de Menorca.

Para poder entender mejor cómo funcionaban estas estructuras es necesario seguir aplicando este tipo de analíticas y compararlas con los restos de poblados contemporáneos. De cara a un futuro más lejano, hay otras preguntas que me gustaría abordar, pero paso a paso.
 
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