Mezquida (Menorca, 1987) presenta por primera vez en Menorca su composición
Talaiot. Este concierto constituye su debut en la composición sinfónica.
El músico menorquín ha desarrollado una fulgurante carrera musical, abanderada por su eclecticismo y versatilidad, que le ha conducido a presentar sus propios proyectos musicales en más de 40 países de cuatro continentes.
Ya ha grabado 95 discos (27 como líder y/o colíder de sus propios proyectos) y ha recibido más de una veintena de reconocimientos por su actividad musical, discográfica y concertística. Son datos que hoy ya señalan al artista como una de las apariciones más brillantes y prometedoras de la escena musical española.
Talaiot es una obra inspirada en la cultura talayótica de Menorca. ¿Qué fue lo que más te sugirió de esta cultura para componer la pieza?
Alguna de las experiencias sensoriales y místicas más profundas que he vivido en mi vida en la isla de Menorca las he vivido en noches de luna llena en algunos de los poblados talayóticos. Horas preciosas de meditaciones o fiesta, íntima o compartida, que se dilataron en el tiempo y se convirtieron en horas eternas que nunca he olvidado, en las que la sensibilidad y la conexión con uno mismo, el espacio y la naturaleza, los sonidos de los animales que se comunican entre ellos a 360° con mucha distancia entre ellos, el silencio de nuestra tierra, los cielos, las estrellas, el viento... Todo en conjunto me ha hecho sentir cosas potentes en esas rocas tan contundentes y en un espacio telúrico y único.
Sin duda experiencias vitales como ésta siguen siendo la mayor inspiración para después tener revelaciones musicales como la posterior composición de
Talaiot, mi primer concierto para piano solista y orquesta sinfónica.
¿Cómo crees que la música puede captar y transmitir la esencia de un patrimonio cultural tan rico y antiguo como el talayótico?
El arte es expresión, es libertad. Tengo esa sensación también cuando pienso en el viaje musical que ideé y dediqué a los talayots ya Menorca, en este viaje de 50 minutos, que viene desde la lejanía de la antigüedad hasta los momentos más gozosos, de fiesta, y de alegría colectiva. Es un viaje que pasa por muchos estados, desde la introspección hasta la máxima efusividad.
Menorca es tu casa y fuente de inspiración a lo largo de tu carrera. ¿Cómo se refleja tu conexión personal con la isla en Talaiot?
Mi forma de ser, de tocar y de vivir la música está ligada a los cielos de Menorca, y también a todas las ciudades que he visitado, a toda la gente que he amado y todo lo que he vivido, reído, jugado, llorado, sentido, de alguna manera. La inspiración por la belleza, la paz, la calma, la luz, los colores, la potencia y la finitud de la isla de Menorca sigue siendo crucial para mi forma de ser y de hacer música. A su vez, el arte me permite expresarme con el deseo de crear una música que es una abstracción personal y subjetiva de lo que soy y de dónde estoy.
¿Qué elementos musicales o compositivos has utilizado para evocar el espíritu de los talayots y la atmósfera de la Menorca prehistórica?
La pieza comienza con una introducción de cuerdas que viene como desde la lejanía, la antigüedad, el misterio, y poco a poco se va haciendo de día, y comienza la actividad y el movimiento de un pueblo que se despierta, y que celebra la vida y el espacio. Hay referencias también a la música de Cerdeña de los tenores de Vitti, que me flipan, y que es un tributo sutil también al gran patrimonio hermanado que tenemos (y que muy pocos reconocen o hablan) con la gigante isla de Cerdeña.
La pieza continúa por pasajes contundentes, estoicos, toscos y grandilocuentes como son las rocas de los talayots, que podrían ser momentos más beethovenianos, clásicos. Y después contrasta con pasajes más introspectivos, meditativos, misteriosos. Por último la pieza culmina de nuevo con la alegría y la fiesta.
¿Cómo describirías la relación entre la música y el paisaje de Menorca en Talaiot?
Esto es muy subjetivo y relativo, pero pienso que quien me conoce sabe que me gusta hacer música que también puede ser muy paisajística, expresiva, y en la que conviven muchas influencias, muchos estilos, no sólo de Menorca sino del mundo, ¡o del cosmos, mejor! Elementos también dispares que están muy conectados a la tierra pero que a veces también son muy volátiles, mucho de cielos y aires. En
Talaiot hay roca, hay aire, hay luz, silencio y momentos místicos.
¿Podrías contarnos un poco el proceso creativo detrás de Talaiot? ¿Cómo se desarrolló la obra desde su concepción hasta su finalización?
Compuse de forma bastante fluida muchos pasajes y momentos que creo que tenían personalidad, y sentí que por la forma en que concebía la pieza y los motivos que aparecían, prefería ofrecer un viaje con música ininterrumpida, de unos 50 minutos seguidos, sin hacer los tradicionales tres o cuatro movimientos individuales y separados, como se construyen la mayoría de los conciertos para piano y orquesta más clásicos de la historia.
Originalmente la pieza no tenía título, ni pensé en los talayots hasta después de unos cuántos meses de creación, cuando, en un sueño, tuve la revelación de que
por la contundencia de la música y los momentos más meditativos conectaba mucho con mi manera de entender y vivir los talayots. Y me apareció la imagen, y sentía que tenía una fuerza especial, y que era mi tributo, ¡ya la vez era algo original porque no conozco a otros autores que hayan dedicado un concierto a los talayots!
Cuando tuve terminado el esqueleto de la composición, entonces me puse en contacto con Francesc Llompart, mi querido amigo de Maó, gran músico y compositor con quien empezamos a orquestar toda la pieza, ya imaginar todas las sonoridades para orquesta.
Finalmente, fueron 120 páginas de obra y las 1.000 páginas de particelas para todos los sesenta músicos de una orquesta sinfónica completa. Un trabajo que no pudo llevar a cabo sin el trabajo, el talento y la complicidad de mi amigo Francisco.
Estos conciertos celebran el primer aniversario de la inscripción de Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial de la UNESCO. ¿Qué significa para ti ser parte de esa celebración?
Es una gran alegría y una verdadera coincidencia, ya que compuse la pieza durante el 2022, y la estrené en el Palau de la Música de Barcelona en marzo del 2023, es decir, que todavía faltaban unos meses hasta que llegó la noticia de la UNESCO y entonces la ilusión de presentar la pieza en Menorca, en Ciutadella y en Maó, todavía se hizo más evidente.
El Consell Insular y los gerentes de los teatros han trabajado mucho para que podamos presentar con la Sinfónica de Baleares la obra en dos conciertos, que serán diferentes: una versión con la orquesta algo más reducida para Ciutadella, porque en el Teatre des Born no caben todos, y la versión completa de la sinfónica, en el Principal de Maó.
¿Cómo sientes que se alinea a Talaiot con el espíritu de esta conmemoración?
Es una pieza que en términos generales es una fiesta, es una verdadera celebración, y cuando la escuchéis, notaréis a lo que me refiero. Espero que la gente la disfrute y la podamos reproducir en más ocasiones.
¿Qué esperas que los asistentes a los conciertos experimenten al escuchar Talaiot en este contexto tan especial?
Que se dejen llevar, y que cada uno piense o sienta lo que quiera. Hay gente que verá talayots, pero otros quizá vean estrellas, o no verán nada, y todo está bien. El arte se trata de esto.
En tu opinión, ¿qué papel juega la música contemporánea en la preservación y difusión del patrimonio cultural?
Es crucial que se sigan potenciando las nuevas creaciones, cuidando la cultura, potenciando la enorme riqueza que tenemos en Menorca, la historia, la tradición, y la belleza que nos hace únicos en el planeta Tierra desde la tierra tan minúscula y preciosa y vulnerable que tenemos.
La mayoría de los menorquines no son conscientes de que en estos 45 km de tierra tenemos una gran cantidad de eventos culturales y de tradición que debemos potenciar, cuidar y sin duda preservar. Es nuestro tesoro y todo es muy frágil; si no somos conscientes de ello, en pocos años se puede deteriorar muy fácilmente la tierra, los recursos, el patrimonio, etc.
¿Tienes planes futuros para seguir explorando la relación entre la música y el patrimonio cultural de Menorca en tus próximas obras?
Sí, tengo otras muchas cosas entre manos, pero respondiendo a lo que me pides, tengo un dúo muy especial junto a mi amiga y gran cantante Anna Ferrer, con quien tengo ganas de dar más conciertos con el repertorio de canciones preciosas menorquinas. No son las canciones más conocidas, pero son un reflejo de esa sensibilidad y rico patrimonio cultural de nuestra tierra.