La arqueóloga Sonia Carbonell acaba de publicar
Arquitectura funeraria postalayótica. Las necrópolis de cuevas artificiales de Menorca, una monografía que profundiza en el estudio de uno de los elementos más característicos del paisaje arqueológico menorquín: las tumbas excavadas en la roca utilizadas durante el primer milenio antes de nuestra era.
El libro se centra en las manifestaciones funerarias de la etapa postalayótica (ca. 550–123 a.n.e.), en la que las cuevas artificiales, también conocidas como hipogeos, se consolidan como la forma predominante de inhumación. Estas estructuras, caracterizadas por una notable diversidad formal y una compartimentación interna compleja, reflejan patrones arquitectónicos también presentes en otros ámbitos sociales y rituales de la época, como los círculos domésticos o los recintos de taula.
A través de una perspectiva comparativa que abarca diversos territorios insulares contemporáneos, la autora contextualiza el fenómeno funerario menorquín dentro del marco regional mediterráneo. Posteriormente, centra su análisis en Menorca para abordar en profundidad la planificación, ejecución y función de estas tumbas, así como su articulación con el entorno inmediato. Este enfoque permite avanzar en la comprensión de la estructura social y de los cambios socioeconómicos de las comunidades postalayóticas, mediante una lectura arquitectónica de sus espacios funerarios.
La publicación de esta monografía consolida la línea de investigación que Carbonell ha desarrollado desde su tesis doctoral —dedicada a las necrópolis del talayótico final— hasta su implicación directa en las excavaciones de la
cueva 45 de Calescoves, dentro del proyecto sobre prácticas rituales y funerarias en este enclave del suroeste de la isla.
En este marco, y como parte de sus investigaciones previas, la arqueóloga ya había planteado una
nueva hipótesis interpretativa sobre la sociedad del talayótico final, centrando su atención en la relación entre los espacios funerarios y su distribución territorial. Según Carbonell, la organización espacial de las necrópolis —especialmente las de Calescoves y Biniedrís— refleja una estructura social compleja y jerarquizada, probablemente vinculada a formas de control del territorio y de las prácticas rituales. Esta propuesta supone una nueva lectura sobre los procesos de transformación social que precedieron a la conquista romana, y abre la puerta a futuras líneas de investigación sobre la Menorca Talayótica.
Esta nueva obra aporta una visión innovadora y rigurosa que enriquece el conocimiento sobre la complejidad arquitectónica y social de las necrópolis de cuevas artificiales, reforzando el valor patrimonial de Menorca Talayótica como paisaje cultural único en el Mediterráneo occidental.