La cueva des Coloms es uno de los lugares más visitados por los excursionistas menorquines y foráneos, tanto por la belleza del paraje natural donde se encuentra -el barranco de Binigaus, en Es Migjorn Gran- como por sus espectaculares dimensiones; no en vano es conocida popularmente con el nombre de “la Catedral”.
Se trata de una cueva de origen cárstico, como la mayor parte de las cuevas naturales de Menorca, que se formó debido a la circulación de las corrientes de agua subterráneas que fueron erosionando la roca caliza. Mide unos 25 metros de altura, unos 20 metros de ancho y unos 110 metros de largo.
Horario: Entrada libre todo en año
Precio: Gratuito
Visitable: Si
Acceso: La cueva está situada en el barranco de Binigaus aproximadamente a 1,6 km al suroeste de Es Migjorn Gran. Hay que dejar el coche en el cementerio de Es Migjorn Gran y tomar el camino de la Malagarba, que se encuentra señalizado.
Aparcamiento: No habilitado
El aparcamiento más cercano se encuentra en el cementerio local.
Visitas guiadas: No
Hay carteles informativos
Contacto:
Servicios: No
Acceso a personas con movilidad reducida: No
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Más información:
Periodo talayótico final
La Cueva des Coloms ha despertado el interés no sólo de los menorquines y menorquinas, si no también de expertos historiadores y arqueólogos desde hace ya varias décadas. El Archiduque Luis Salvador de Austria ya habla y apunta sobre su posible uso durante la prehistoria menorquina. También fue citada por el arqueólogo francés Emile Cartailhac (1845-1921) en su obra
Monuments primitifs des îles Baléares (1892). Entre 1914 y 1915, el profesor Antoni Vives Escudero (1859-1925) realizó excavaciones en el interior, en las que recogió algunos materiales arqueológicos que permiten deducir que la cueva se empleó en el periodo talayótico como lugar de enterramiento .El hallazgo más espectacular de aquella excavación antigua fueron dos cuernos de toro, hechos de bronce, que se pueden vincular con la creencia en una divinidad relacionada con este animal, especialmente si las ponemos en relación con otros hallazgos como el torito de bronce de Torralba d'en Salort.
Sea cual sea la función que tuvo la cueva en tiempos antiguos, es fácil imaginar que sus dimensiones debieron impresionar ya a los menorquines de época prehistórica, sobre todo si tenemos en cuenta que, para ellos, los espacios subterráneos tenían ya de por sí un marcado componente simbólico.
Desgraciadamente, no tenemos mucha más información sobre este yacimiento arqueológico, ya que no se han desarrollado más excavaciones arqueológicas intensivas ni se han realizado investigaciones que nos puedan aportar nuevos datos. A ambos lados de la entrada se intuyen algunos muros posiblemente prehistóricos y que debían cerrar la cueva desde el exterior.